Una misión inclaudicable del emprendedor es ofrecer su talento y sus dones al servicio de los demás.
Todas poseemos una serie de talentos únicos, que no se refieren especialmente a nuestras capacidades o la inteligencia que poseemos. (Por ejemplo hay quienes son excelentes cocineras , cantan muy bien o conectan con las personas de forma intuitiva.)
Y esos talentos en especial , son casi tan valiosos o más, que nuestras competencias profesionales.
¿Cuál es tu don?
Hablemos de esos talentos naturales ,esas cualidades que tienen las personas para enfrentarse al mundo que nos ha tocado vivir.
Aunque pocas veces pongamos nuestro foco en este tema , existen aspectos vitales como el amor, la sencillez, la alegría, la humildad, la entrega o la resiliencia que son verdaderos botes salvavidas para enfrentar nuestro día a día y que tal vez, se me ocurre, salvaron tu emprendimiento, más de una vez.
Cuando ofrecemos un producto o un servicio hay algo más detrás , creamos para ayudar.
A lo largo de nuestra historia como civilización, hemos construido soluciones que nos han permitido literalmente seguir vivos , no eran actos de mera inventiva , fueron hechos para ayudar genuinamente a otras personas.
Y con esa reflexión, no creas que eres muy diferente a nuestros antecesores.
Somos una suma de talentos con mucho valor al servicio de otros.
Tu misión es descubrir esos talentos , !no te voy a mentir! implica que te salgas un poco de ti y empieces a pensar más allá de quién soy y lo que hago , y enfocarte en que necesitan las personas y que puedo hacer yo, para atender su dolor.
Eso que puedes hacer tú , como nadie más haría.
Hasta el próximo artículo.
MM.